Más de 400 familias acceden a planes de inserción laboral y de apoyo social
Según la Asociación Bienestar y Desarrollo, de las más de 400 familias en situación de vulnerabilidad que pasan anualmente por la entidad, en el 63% de los casos el miembro de referencia de la familia es una persona en situación de paro de larga duración y más del 80% de las familias tiene hijos menores de edad. Además, el 55% de las familias tiene ingresos por debajo de los 500 euros al mes y un 24% vive en una habitación.
A través del proyecto Comunidad activa, estas familias llevan a cabo un itinerario de inclusión social y laboral, que incluye aspectos como la formación ocupacional y la cobertura de necesidades básicas. A pesar de que el perfil de los usuarios es universal, la realidad demográfica de Collblanc-la Torrassa hace que alrededor del 60% de las familias que acuden a la entidad sean recién llegadas.
Uno de los usuarios es Carlos Martínez, un parado de larga duración que ha hecho talleres de formación ha recibido apoyo social y que en breves empezará a trabajar como conserje. “Cuando vine aquí dejé de sentir miedo y desesperanza. Aquí sentí que tenía ayuda y apoyo, que me orientaban y me activaban. Y, de hecho, es lo que más valoro en este proceso”, ha explicado.
El acompañamiento, incluso después de conseguir un trabajo, es uno de los rasgos principales de ABD. Además se reivindica el trabajo digno, ya que es una de las premisas que se fija con las cerca de 90 empresas con las que se colabora.
Uno de los efectos de la crisis es que la precariedad hace que tener un trabajo ya no sea garantía de nada, así que además de los planes de inserción laboral, las familias también tienen a su alcance un economato de alimentos y reciben ayudas económicas para pagar la vivienda y los suministros del hogar.
Elena Sala, coordinadora del proyecto Comunidad Activa, ha explicado de forma muy gráfica que “no puedes plantear a una persona que haga un curso de formación de seis meses y un plan de ocupación si no sabe si podrá posar un plato a mesa a sus hijos, si no puede pagar el piso, si no puede pagarse los desplazamientos o si no tiene un teléfono porque lo truquen, son cosas muy básicas, de sentido común”.
Comunidad Activa vincula estas ayudas y servicios a un de banco de tiempo, puesto que las familias usuarias tienen que dar una contrapartida a estas ayudas en forma de actividades comunitarias.